
El entrenador emeritense Diego Merino, conocido principalmente en España tras sus pasos por el Extremadura, el Mérida o el Toledo, al que ascendió a la Segunda RFEF, ha perdido la oportunidad de su vida, o por lo menos una de las mejores que se le han presentado a lo largo de su carrera, por no cumplir un requisito que da cuenta de las limitaciones a las que se pueden llegar a enfrentar los jóvenes técnicos del país que se deciden a cruzar las fronteras. (SIGUE DEBAJO)
El tema está en que el extremeño llegó a fichar a principios de mes por el Carabobo, conjunto de la Primera división de Venezuela que es representativo del estado del mismo nombre y que le permitía disputar la previa de la Copa de Libertadores.
Fue tras unas rápidas negociaciones en las que el conjunto venezolano primó los conocimientos y capacidades de éste que sólo tiene 34 años. Y que ya se disponía a preparar la pretemporada, pues la competición arranca en febrero. Con el contrato firmado, Diego Merino fue técnico de Carabobo durante diez días.
El tema está en que a la vuelta de la esquina le esperaba el sinsentido. Y es que no se le pudo tramitar la licencia porque es que la Confederación Sudamericana de Fútbol, más conocida como Conmebol, exige a los entrenadores que llegan del extranjero una experiencia de al menos cinco años trabajados en cualquier Primera división de una Confederación adscrita a FIFA.
Ante el escenario creado Carabobo intentó revertir la situación de todas las formas posibles, pero no hubo manera de nada. Especialmente de que la Federación Venezolana entendiera que si Merino cumpliera con la experiencia solicitada muy seguramente no estaría pensando precisamente en marchar a tan lejanas latitudes. Total, que al final tocó rescindir el contrato.
“Desde que arrancara la competición tuve en España tres ofertas, dos de Tercera RFEF y una Segunda RFEF. Pero realmente la que me ilusionó fue la de Carabobo. Era un sueño para mí poder entrenar a un equipo de Copa Libertadores”, señala apenado Merino, quien prefiere “quedarme con lo positivo de todo esto” y agradece “el cariño y el respeto con el que hemos sido tratados tanto mi cuerpo técnico como yo por Carabobo, especialmente por su director deportivo Salvatore Simone».