El haber tenido la suerte de contar entre loa analistas técnicos de ENTRENADORES FÚTBOL ESPAÑA con Alejandro Menéndez, el actual entrenador del Albacete Balompié, nos permitió comprobar el grado de sensibilidad y de respeto que tiene con respecto a sus compañeros y el gremio de técnicos en general. Pero también de su honestidad. Les contamos.
El asturiano aceptó de muy bien grado nuestra propuesta de que comentase los partidos de las diferentes jornadas de la Segunda división. Y todo, bajo la premisa de que podía escribir u opinar lo que quisiera, siempre atendiendo a su criterio y responsabilidad. Bien sabe él mejor que nadie que todo lo que escribió fue publicado tal y como salió de su teclado.
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El caso es que no siempre, por no decir casi nunca, nos enviaba su análisis de todos los partidos de la jornada. Una circunstancia que comenzó a llamar nuestra atención cuando empezó a ser repetitiva. Y que ya nos permitió empezar a conocer cómo es el técnico al comprobar que siempre evitaba pronunciarse sobre los choques en los que había un entrenador en apuros. Era evidente que así Alejandro evitaba hacer daño a un colega al que llegado el caso él mismo estaba en condiciones de sustituir. Y ante eso, la dirección de este sitio web optó por llamarle y por decirle que valorábamos su gesto, pero que entendíamos que no había nada malo en que también se pronunciara sobre equipos que no estaban cumpliendo con sus objetivos. Y ya a partir de ahí cambió su tendencia, pero muy poco (SIGUE DEBAJO).
Pero el hecho con el que terminamos de entender quién era y es Alejandro Menéndez llegó unas semanas después, que es cuando descubrió que por error este sitio web estaba indicando en su ficha técnica que él había sido campeón en la Superliga de la India. Que es algo que no se correspondía a la realidad pero que perfectamente se podría haber callado para beneficio de su imagen. Pero no, no se calló. Nos llamó y nos comentó en un tono ligeramente molesto que él lo que había sido era subcampeón. Y claro, lo cambiamos de inmediato. Y claro, ya terminamos de sentirnos muy orgullosos de tener alguien así con nosotros.
Por cierto, sólo hemos hablado una sola vez con él desde que se marchara y fue a la conclusión del primer partido que ganó. Sí, nos alegramos mucho por él.
